Conservación, alta calidad y perseverancia. Estas 3 características describen a la familia Medina-López, los productores de la finca La Telaraña. Son un ejemplo perfecto de cómo la protección del medio ambiente y el trabajo arduo pueden generar desarrollo para una familia y una comunidad.
Como muchos campesinos, Gerardo ha construido su historia a pulso. Originario de Salamina, Caldas y de familia numerosa, desde muy joven su vida estuvo atada al trabajo duro en el campo en donde a diario, se esforzó no solo por ayudarle a su familia, sino también por estudiar y prepararse.
Años después junto a su esposa Doña Cecilia y siendo la mora su cultivo principal, logran ampliar un poco su finca y deciden sembrar café. Emprendieron entonces este nuevo camino, de la mano de expertos productores de Café Especial y teniendo como premisa el desarrollo de un producto diferente con un alto valor agregado. Con el tiempo, mucha experimentación y la implementación de nuevos desarrollos y procesos, fueron adquiriendo un mayor conocimiento del cultivo logrando, finalmente, un café mágico en donde las notas a mora se expresan con toda la fuerza de un café natural pero con el balance de un café lavado.
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